Escribir un buen manuscrito conlleva mucho tiempo de nuestro día a día. Para empezar, cuando me surge una idea lo primero que hago es documentarme, construir el mapa de la historia y después dejarla reposar y dar tiempo para encontrar matices que la hagan única y original. Además, si no tenemos suficiente organización , podemos dilatar el proceso de escritura y perder la motivación al no ver ningún resultado. Para que no nos pase esto, debemos dedicarle tiempo al esquema de nuestra novela hasta esclarecer todos los puntos vitales de nuestro argumento y poner en práctica los tips que nos ayuden a crear una rutina. Por otro lado, la falta de motivación es en muchas ocasiones la consecuencia de centrarnos únicamente en acabar el manuscrito. Por eso, ponernos metas a corto plazo que podamos alcanzar , por ejemplo fijar un objetivo diario, táchalo cuando lo consigas y disfruta de la recompensa que te hayas establecido. De esta manera ...